jueves, 31 de enero de 2008

LOS CISNES (II)


Los he visto pasar en la hora imponente
Bajo el palio de plata de una noche de enero
Mientras el lago negro se hacía cancionero
De una rima de paz misteriosa y silente;

En la tinta movible de las aguas del lago
Rielaba de la luna una franja espectral
Y los cisnes cortaban la franja en un canal
Hecho para sus cuerpos en el oleaje vago;

El temblor de la noche transmitido en el viento
Se asombraba del blanco plumaje inmaculado
Y por no desflorarlo se ocultó avergonzado
Un lirio, el ramaje uniforme y ceniciento.

Los he visto de día bajo el palio de sol
Cuando el lago quieto se miraba el azul
Del cielo y el espacio era así como un tul
Bordado en polvo de oro y enfermo de arrebol;

Puestos en la blancura como una nueva blancura
Triunfaban sobre todo y hasta el sol los mimaba.
Por besarlos más suave sus rayos tamizaba
En las flores y luego los ponía en su altura.

Los he visto en la aurora como raro diamante
Irisarse el plumaje y volverse una rosa
Que surcaba las aguas sobre una mariposa
Gigantesca y de cuello tornado interrogante.

Los he visto en la tarde cuando el sol se moría
Y el lago era de sangre y era sangre su pluma.
Pluma que se tornaba al correr de la bruma
Nenúfar azulado que en la sombra se abría.

¡ Y yo no sé en que hora los encontré más bellos!

ALFONSINA STORNI

1 comentario:

iPatricia dijo...

La poética de Alfonsina Storni es diáfana, llega a lo más recóndito del alma.